martes, 8 de abril de 2014

Adicciones y efectos de distinta 'clase' (la campaña de la SEDRONAR)

La Secretaría de Programación para la Prevención de La Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico está difundiendo una serie de spots audiovisuales con el supuesto objetivo de “prevenir” la drogadicción y el alcoholismo, interpelando de forma directa (con dudosa efectividad, claro) a los jóvenes que consumen.

Eso sí, los ideólogos de la propaganda oficial se cuidaron muy bien de remarcar que vivimos en una sociedad de clases, en la que un joven de clase media no es lo mismo que un pibe de la villa. Pero la distinción no la hacen para cuestionar a esta misma sociedad de clases, sino para "prevenirnos" de sus efectos.

Así, los mensajes (incluyendo las estéticas, las músicas y hasta las voces en off) se diferencian de tal modo que nadie puede confundirse.



La SEDRONAR nos informa que los jóvenes de clase media se drogan y alcoholizan (con productos caros, “de la buena” como diría Cristina Fernández) para divertirse, buscando una estimulación extra para bailar alocadamente. Por su parte, los jóvenes de las barriadas populares, los pobres, se drogan y alcoholizan (con la tableta y el tetra -que de tan venenoso está etiquetado con las tibias y la calabera-) con un destino directo de robo y amedrentamiento hacia otros jóvenes que, al pasar por su lado, terminan siendo las víctimas.



La SEDRONAR también nos ilustra a los jóvenes de clase media al ritmo de música electrónica y a los otros (“la patria”, según el eufemismo hipócrita de la presidente) aturdidos por una pesada cumbia villera. Los unos divertidos y eléctricos, los “otros” doblados y oscurecidos debajo de las viseras típicas de todo “pibe chorro”.

A todos, claro, los termina ayudando la SEDRONAR. Pero acá también hay diferencias de clase. A los jóvenes chetos alcanza con que se les acerque un funcionario de la Secretaría para que se levanten y anden. A los “otros”, a los que se “dejan matar”, hay que levantarlos entre muchos, entre tres o cuatro. Porque, según la SEDRONAR, la destrucción alcanzada por esos pibes (y la consecuente imposibilidad de valerse por sí mismo) es deliberadamente mayor que la de los muchachos divertidos y eléctricos.

¿Estigmatización, segregación, caracterización clasista?... Sí, y mucha. Parece que desde que un cura “progre” ocupó el cargo que hacía rato estaba sin uso al frente de la SEDRONAR, la onda es salir públicamente a mostrar que el consumo de drogas en la juventud es un verdadero flagelo y un problema con graves consecuencias sociales. Pero ojo, según la clase del drogado las consecuencias son distintas. ¿Alguna diferenciación o separación de este discurso con las políticas represivas y reaccionarias de Scioli y su ministro Granados, de De la Sota y su saturación policial de Córdoba o de la justificación que Massa, Macri y hasta el “socialismo” de Binner hicieron de los linchamientos fascistas que vimos en las últimas semanas?

Ayer el cura Juan Carlos Molina salió vía Twitter a cuestionar la declaración de la “emergencia en seguridad” decretada por Scioli el último sábado. Pero el cuestionamiento vino por el lado de las “ausencias” en las medidas del gobernador bonaerense (políticas de “inclusión”, de educación y de trabajo) y no por el avance represivo de Scioli, convocando a miles de represores retirados de la policía de Camps y Klodczyk a volver al “trabajo”, proponiendo más cárceles para miles de jóvenes pobres y destinando una buena porción del presupuesto para comprar más balas, patrulleros y pistolas.


La política del gobierno nacional en materia de “seguridad” y “represión”, expresada en el carapintada Sergio Berni y en el genocida César Santos del Corazón de Jesús Milani, no se diferencia en nada de lo que hacen los fachos peronistas en las provincias. Y, mal que les pese a Verbitsky, Horacio González y otros kirchneristas “de izquierda” cada vez más venidos a menos, la comparsa “progresista” que habita despachos del Estado nacional no puede menos que acompañar el giro a derecha del régimen político de conjunto. Eso sí, a su manera. La campaña de la SEDRONAR se inscribe en ese acompañamiento hipócrita (tímido a veces, descarado otras) al ala derecha del kirchnerismo que se perfila como sucesora de CFK, próxima garante gerente del “modelo”, que de desarrollo e “inclusión”, claramente, tiene poco y nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario